domingo, diciembre 27, 2009

The misfortune of not being Ernest

Para Benito era una decisión difícil. Desde hacía algún tiempo considerable a esta parte venía meditando la idea de cambiarse el nombre.
Por un lado, era el nombre de su querido abuelo materno, Don Benito, el nombre que habían elegido para él sus padres.
Pero por otro lado, le había ocasionado insoportables burlas, en la escuela primaria, e innumerables complicaciones en su vida adolescente/adulta.
Harto ya de ser objeto de acoso de homosexuales o de golpizas, finalmente decidió que para el 2010 se llamaría Pedro, o Juan... incluso Ernesto, daba lo mismo con tal de dejar de ser Benito Camacho.

2 comentarios:

Ushka dijo...

A ver si para mi post N° 100 se le pasa el enojo... sí sí, a usté se lo digo, a mi fan primero y a quien no me dejó desistir en momentos críticos. Comente hombre!

gps dijo...

Pobre Benito, estube googleando un poco y encontre a la hermana, pensando que su apellido la iba a hacer feliz, solo la encontre con terribles ojeras.

http://www.sonico.com/u/3404039/Sonia_Benito_Camacho