martes, enero 15, 2013

En mi alma

Anoche soñé contigo.
Y no es casualidad que haya sido justo hoy. Tengo memoria de elefanta.
De elefanta memoriosa.
Aunque a decir verdad, tampoco hubiera sido casualidad cualquier otro día.
Pero fue hoy.

Y fuiste tan arrogante que ni siquiera dejaste un poquitito de lugar así en tu alma, ni en mi alma, para que pudiera decirte: Feliz cumple.

domingo, enero 13, 2013

¿Me zacarías a bailar?

Me andaba pispeando desde el primer 2x4. Me miraba sin mira porque no le hacía falta calcular.
Y en su esquina de banderines de colores, empinó el último vaso de coraje hasta que no quedó ni una gota por tomar. Se acomodó el cuello de su camisa de percal valiente y vino derechito a encarar.
Con una mano en el bolsillo andaba tanteando si tenía algún chamuyo, por si acaso unas palabras tuviera que manotear. Pero bien firme se me paró enfrente y en su cabeceo más que elocuente, me invitó sonriente a milonguear. 
Yo le dije apenada, que no sabía nada, que, de todos, uno o dos pasos conocía no más.
Él, con su porte elegante, sacó tendida la mano del bolsillo, y haciéndome guiño con el rabillo, me dijo "Vos, dejate llevar".
Y yo, que soy buena pa' eso, no dudé ni un instante más.
Me agarró firme de la cintura y me apretó contra su latido hecho frescura. Me paseó de punta a punta de la pista el baquiano y yo lo seguía a ojos cerrados, segura de no dar paso errado en un terreno cada vez menos amargo por su dulzura de hombre que de tan hombre te sabe tratar.
Y lo que es cuando un varón te sabe llevar! 
Porque por un rato que duró dos milongas, dos que valieron por cuatro, hasta yo me creí saber bailar. 
Con su aire seductor, me dijo "Viste que al final, conmigo, aprendiste a milonguear". Y yo, cautivada por semejante encanto, me quise llevar su nombre para no olvidar. 
"Zacarías"- dijo él orgulloso.
Le agradecí con inclinación de cabeza y me fui con la sonrisa dibujada. Encorvado, viejo y pelado lo vi a mi gavilán octogenario a otro destino rumbear , pero yo me quedé con una sensación en el alma que ni vos, pebete, me sacarías jamás. 



martes, enero 01, 2013

El jardinero fiel

Casa de mis padres en Comdoro Rivadavia. La casa es enorme y tiene un jardín atrás y otro adelante.
Suena el timbre contesto por el portero eléctrico, pero nadie me responde. Me asomo a la puerta y veo a un hombre pequeño de un escaso 1,60ms, creo que además de viejo, estaba muy avejentado, maltratado por una vida nada fácil y se adivinia por las arrugas en las arrugas. Tiene puesto un pantalón también maltratado tipo bombacha de guaso, unas alpargatas ya bigotudas y una camisa cuyo cuello asomaba por un buzo de LA LAKERS. El cabello, abundante, es grueso y negro como cordón de zapatilla, más que cabello es una ceja ancha que le cubre el resto del cuero cabelludo hasta la nuca. Sobre el labio superior tiene un finísimo bigote que va de comisura a comisura.
Cuando me asomo a la puerta se saca la boina y la aprisiona entre sus manos. Tiene un marcado acento chileno y la voz se le va a gudizando a medida que avanzan las oraciones.

CABAIERO
Güena, Doñita! 
Ahiztá la patchona?

USHKA
De parte de?

CABAIERO
Y ahí el que l'hizo el jardín l'otcho día!

USHKA
A ver, un momento, por favor.

Entro y le digo a mi madre.

USHKA
Ma, ahí afuera está un viejo que dice 
que hizo el jardín el otro día.

MADRE
Ah, sí! Pero y ahora viene???

USHKA
??

MADRE
Un pobre viejo que vino la semana pasada,
me tocó timbre y me dijo que vino de Chile con la mujer,
que está internada porque la tenían que operar y que él no 
tenía trabajo y me preguntó si podía arreglar el jardín.

USHKA
Entonces?

MADRE
Y le dije que me arregle el jardín del frente, 
que corte el pasto, que rastrille, que pode los arbustos...
A ver...

Mi madre se asoma a la ventana de su habitación, desde la planta alta y comienzan a hablarse a los gritos.

CABAIERO
Y no quiere que le corte el pazto, doña?

MADRE
Pero, escucheme, señor el otro día al final estuvo toda la tarde
y apenas me cortó el pasto de uno de los canteros 
y ni siquiera me restrilló, no me podó el arbusto...

CABAIERO
Y peeeero, zi io le 'ije que ía a volvé.

MADRE
Pero hace una semana, señor!
Ya me creció todo el pasto de nuevo!
Además usted me dijo que iba traer sus cosas para trabajar!

CABAIERO
Yyyyy peeero ez que laz tengo aiá!

El cabaiero señala con la cabeza a lo lejos mientras agita la boina con el brazo apuntando a la cordillera.

MADRE
Cómo allá? Allá dónde?

CABAIERO
Y en Temuco. 

MADRE
Cómo en Temuco? 
Y cómo va a hacer?
No, señor, hoy no, porque además ahora no más me tengo que ir.
Otro día.

Mi madre cierra la ventana. Baja, nos tomamos un café y nos preparamos para salir. Cuando vamos saliendo, estaba el cabaiero parado en la puerta, casi en  el mismo lugar.

MADRE
Pero señor!
Qué está haciendo acá todavía?

CABAIERO
Y io le 'ije qu'ía a volvé para terminar.

MADRE
Pero hoy no, señor!
Vuelva mañana, por favor!

El hombre se aleja caminando a tranco lento, cansinamente.

USHKA
Vas a ver que va a volver.

MADRE
Claro que va a volver!
Qué otra le va a pagar por hacer casi nada?

USHKA
Bueno, lo decía Dickens "Cabaiero una vez, cabaiero por siempre".