miércoles, marzo 27, 2013

Abuelas

Mis abuelas no eran de este país. Una vino desde un país frío y lejano y la otra de un país cálido y más cercano. Y si bien no era de este país, para mí no eran de este mundo.
Raras fueron las veces que les escuché decir un "NO", pero con el tiempo me di cuenta que de igual modo fueron retribuidas por mí... ¿quién podía decirles que "NO" a esas voces cansinas que pasan por una garganta arrugada?
"¿No me vas a comprar algo al almacén?"
"¿No me traés los anteojos que me olvidé arriba?"

Y nunca les decía otra cosa que "Sí, abuela".

Con los años, y por suerte fue luego de muchos, ambas partieron. La herencia fue enorme, preciosa.
De mi abuela paterna, me quedan sus besos apretándome los cachetes entre sus manos y la receta de un strudel de manzanas que hoy comparto con quienes más quiero.

De mi abuela materna, me queda su voz dulce y su risa contagiosa, una receta de chipá y una carpetita tejida a crochet que me acompaña en el consultorio en cada sesión de mis pacientes.

Yo tuve la suerte de tener abuelas y tengo muchos recuerdos que forman parte de un legado que no olvido.

Como tampoco olvido a esas ABUELAS, que incansablemente buscan a sus nietos, arrancados de su familia, sin bajar ni por un segundo los brazos que se alzan reclamando justicia (y sin caer como mano dura).

Y es sin duda imperdonable el espanto que perpetraron los golpistas del '76. Porque hay cientos de nietos que no corrieron la suerte de tener esos recuerdos, aunque sí tienen la suerte de que las Abuelas los están esperando.

A 37 AÑOS ES NECESARIA LA JUSTICIA.

SI NO HAY RECUERDOS, NO HABRÁ OLVIDO... NI PERDÓN.

2 comentarios:

zappa dijo...

a lo mejor un dia me entere si tengo un sobrino mas, espero que mi mamá todavia esté para saberlo

un abrazo Ushka

Ushka dijo...

Ojalá, Zappa, ojalá