lunes, junio 11, 2007

Doña Olga

La administradora de mi edificio es DOÑA OLGA. No me pregunten el apellido, porque no lo sé, es más, creo que nadie lo sabe. Ella es Doña Olga... como Cher.
Doña Olga llegó a Argentina desde España poco después de la fundación de Buenos Aires, o por ahí. Y vive en el edificio desde la inauguración (aprox.) y estamos hablando de un edificio Art Decó de principios de 1900.
Sí, Doña Olga es vieja, muy vieja, gorda, con grandes anteojos para ver de lejos, gruesos anteojos para ver de cerca y camina dando pasos cortos porque tiene problemas en los pies y usa unos zapatos ortopédicos que parece que tuviera puesto el izquierdo en el derecho y el derecho en el izquierdo y los talones en los dedos. Eso hace que camine inclinada, así que no es que tenga una teta más caída que la otra.
Además, Doña Olga, nunca, en sus 70 y pico de años que lleva viviendo en Argentina, nunca perdió el acento español ni tampoco perdió el sentido del humor, a pesar de haber perdido a sus seres más queridos.
Pese a sus primaveras, Doña Olga está muy lúcida y se encarga de administrar las expensas del edificio "de onda", con lo cual todos los meses llega la fotocopia del resumen tipeado con Olivetti y cortado con regla.
Cuando yo voy a pagar expensas, voy con tiempo porque habla mucho y porque me gusta escucharla (pero sólo una vez al mes).
Doña Olga (con acento español): Pasa, pasa. Mira, que estoy con un lío. Que me han tenido que romper todo el baño y cambiar los caños.
Ushka: ¿Se pinchó el caño?
Doña Olga: No, qué va! Es que esto caños son tan viejos que se les junta sarro por dentro y van tapando el caño. Bueno, ¿Y tú como estas?
Ushka: Bien, por suerte. Vengo a pagarle las expensas.
Doña Olga: Ven, siéntate -y mientras se sentaba con mucha dificultad, decía- ¡Qué jolines! Qué feo es ser vieja. Te duele cuando te sientas, te duele cuando te levantas y encima con estos zapatos no puedo ir a bailar!
Ushka: ¿Cómo anda usted, Doña Olga?
Doña Olga: Y acá... haciendo un poco de limpieza. Yo tenía negocio antes y estoy sacando todas las sábanas.
Ushka: ¿Tenía negocio de blancos, Olga?
Doña Olga: Puf! Mira, yo he trabajado de lo que te imagines. Menos de prosti, he hecho de todo.
Ushka: Bueno, nunca es tarde, Olga.
Doña Olga: Mira, yo creo que me tendrían que pagar el doble, porque después de tanto tiempo está todo cerrado. Es como... como el sarro del caño!

Cuando sea vieja quiero tener el sentido común de Doña Olga.

3 comentarios:

.M. dijo...

mmmmmmmmmmmm sarro

Ushka dijo...

juajuajuajua

chichi dijo...

jajaja!

no estoy segura de si le diste con un palo o le tiraste flores...

olga es un gran nombre