martes, julio 16, 2013

Ben o el hijo que fue padre por unas horas

Para SAL

Llegué a Bologna a media mañana y preguntando logré subirme al bus que me llevaría a la estación de trenes. Por las dudas, busqué una mirada cómplice y e hice la pregunta de rigor en una nueva media lengua: "bus a la estazione?" y el hombre entendió perfectamente la mirada, adivinando mi balbuceo.

La inmensidad del lugar era la de cualquier entorno desconocido. Fui a la ventanilla a sacar el ticket y justo delante mío estaba él, que se sonrió y me preguntó hacia dónde iba. "Riccione" le contesté en lo que debió ser una pésima pronunciación. Entendí perfectamente cuando él me decía que él se dirigía a Rimini, justo dos estaciones antes y que él podría decirme a qué tren subir.

Para cuando nos tocó el turno, el tren estaba por salir. Por alguna razón él me esperó y se fijó en mi billete, que no decía lo mismo que el suyo. Miró a aquel horizonte donde el tren anunciaba su partida y con un poco más de calma, me dijo (y estoy segura que eso fue lo que dijo) que iba a averiguar. Yo me quedé cuidando mi valija y la suya y cuando volvió él había cambiado su billete y nos apresuramos a ir al andén que por fin nos llevaría a cada uno a su destino. 
Fuimos de un andén a otro, subiendo y bajando escaleras, siguiendo indicaciones distintas, pero finalmente dimos con la vía. El peso del caluroso día parecía haberle resecado la boca, saqué la botella de agua y luego de dar un sorbo que lo animara a aceptar, el me negó con una sonrisa y señalando al cielo dijo "Ramadan". Intercambiamos algunas palabras mientras esperábamos el tren:"Where you from?"  "Argentina. You Italian?" Mientras explicaba en un italiano que me resultaba incomprensible, abrió el bolso y sacó dos pasaportes: uno italiano, el otro verde mientras lo agitaba decía "Tunisia". Le pregunté entonces si hablaba francés y me respondió que perfectamente en el momento en que el tren se paró frente a nosotros. Al subir, le dije que yo hablaba francés y entonces aquel tramo de mi largo viaje comenzó a andar por otro carril. 
Hablamos de todo un poco, Tunisia, Argentina, Italia, Paris... llegado el momento me preguntó si yo estaba casada "No". Él había mencionado a su mujer cuando lo llamó por telefóno temiendo que en un día tan caluroso como aquel de Ramadán estuviera viajando. Yo, para devolver el interés en aquel viajero bondadoso que se detuvo a ayudarme, le pregunté si tenía hijos.
Jamás voy a olvidar el silencioso pesar de aquella sonrisa. 
"Mi mujer y yo... nunca pudimos. Ella no puede, perdió cuatro embarazos" El hombre acomodó la cortina que se había zafado y comenzaba a flamear por el viento "Mi familia me dijo que la deje y que me busque otra para tener hijos, pero no me parecía leal. Para mí hubiera sido fácil, pero ella... -y de nuevo aquella sonrisa- ella es una buena mujer y yo pienso en el tiempo, que es largo. Dios sabe por qué hace las cosas"
La charla siguió por el camino que siguen las charlas de viajeros, mientras el paisaje corre en dirección contraria. Faltando poco para su estación le pregunté su nombre: "Ben" y me estrechó la mano calurosamente. Antes de bajarse, me dijo: "Mi viaje es hasta aquí. Vos seguís, la próxima no, la otra. Ahí te bajás. No vas a tener problemas. Te deseo un buen viaje".

Yo quise decirle que Ben en hebreo quiere decir "hijo", quise decirle que Dios supo ponerlo en mi camino cuando estaba perdida, desconcertada y que por pocas horas, su gesto paternal y cálido acompañaron un tramo de un viaje con destino orientado, pero incierto.
Sólo que no hubo palabras, ni lenguaje que alcanzara. 

6 comentarios:

S A L dijo...

Lindo relato de uno de esos momentos en los que uno abre una pequeña ventana a otra vida, se sube de prestado, y de golpe estás afuera. Habrá un mail, habrá reencuentro en 9 años al estilo de "Antes del Amanecer/Atardecer/Medianoche"?

S A L dijo...

Ah, y gracias!

Anónimo dijo...

... y te pones a escribir cuentos sobre gatos que comen gentes

Anónimo dijo...

Dios tiene un extraño sentido del humor. Excelente relato

Un Poco Rara dijo...

Lindo relato. Lindo encuentro.
Te deseo muchos de esos :)

Anónimo dijo...

Me encantó. Me encanta tu blog, te leo hace años pero te tenía olvidada.