Mi depto. está justo en una esquina de Once. Y también justo en la esquina de enfrente pusieron hace algunos meses una biblioteca para no-videntes. Eso, increíblemente aceleró los trámites para la instalación del semáforo que se venía reclamando desde hacía 9 años.
Junto con la biblioteca y el semáforo empezaron a llegar los no-videntes. Así que pusieron un horrible sonido agudo que hace piiiiip piiiiip piiiiip piiiiiip para avisarles a los no-videntes que pueden cruzar la calle A. Cuando ese piiiiip piiiiip piiiiip piiiiiip cesa, empieza otro sonido bastante más agudo y acelerado pipipipipipipipipipipipipipipipipipipipi que les avisa que ya pueden cruzar la calle S.
Un día entro:
Ushka: Buen día.
Recepcionista: Buen día. ¿En qué puedo ayudarla?
Ushka: Bueno, en principio me presento: soy Ushka, vivo en el edificio de la esquina justo enfrente. En los 6 años que he vivido aquí he visto más choques que David Cronenberg dirigiendo CRASH.
Recepcionista: ¿Eh?
Ushka: No importa. Lo importante es que desde que Ustedes están eso no ha vuelto a suceder, gracias al semáforo.
Recepcionista: Sí, lo sé. Lo mandamos a pedir cuando habilitamos el lugar y los vecinos están muy agradecidos.
Ushka: Sí. Pero hay una cuestión.
Recepcionista: ¿Cuál?
Ushka: Me están volviendo loca los ruiditos de los semáforos. Es constante, punzante, agudo, enloquecedor. Usted que está acá todo el día, ¿no la vuelve loca?
Recepcionista: Eso, señora, es para que las personas que concurren a este lugar puedan cruzar las calles con autonomía.
Ushka: Sí, pero en verdad son muy enloquecedores. No estoy muy tranquila en mi casa cuando desde las 7.30 am empieza a sonar y hasta las 8.30 pm no para. Además, para ser honesta, no veo que los ciegos lo usen. Se confunden y terminan pidiéndole a alguien que los cruce.
Recpecionista: Le voy a pedir que, por favor, no falte el respeto.
Ushka: Disculpe si parezco irrespetuosa, pero es parte de la locura. Además, yo misma he estado ciega. No podría faltarles el respeto.
Recepcionista: ¿Cómo dice?
Ushka: Estuve ciega varios años.
Recepcionista: ¿Ah sí?
Ushka: Sí, después de que me separé pude ver más claramente. Imagínese... una desdichada como yo, me salvé. Estaba ciega, pero ahora puedo ver.
Recepcionista: Usted me está tomando el pelo. Le pido por favor que se retire.
Ushka: Bien, me voy. Pero ese sonido no es dulce. A mí me va a enloquecer, pero a ustedes no los va a salvar.
Qué ironía: por alguna razón, es asombroso que este post no tenga gracia.
2 comentarios:
Jajajajajaja. Sííí, tiene gracia, es buenísimo.
Lo que son las cosas. La letra "D" me hizo pensar en un señor maduro llamado Daniel, católico, contador, que se lleva bárbaro con su mamá anciana.
Y en realidad pareciera que representa a una chica judía estudiante de psico, con mámele issues, llamada... Ushka? Es su nombre verdadero o un seudónimo? Como sea, igual es el nombre de mi próxima mascota o hijo, lo que venga primero.
Y adhiero 100% a este post particular.
Publicar un comentario