Me andaba pispeando desde el primer 2x4. Me miraba sin mira porque no le hacía falta calcular.
Y en su esquina de banderines de colores, empinó el último vaso de coraje hasta que no quedó ni una gota por tomar. Se acomodó el cuello de su camisa de percal valiente y vino derechito a encarar.
Con una mano en el bolsillo andaba tanteando si tenía algún chamuyo, por si acaso unas palabras tuviera que manotear. Pero bien firme se me paró enfrente y en su cabeceo más que elocuente, me invitó sonriente a milonguear.
Yo le dije apenada, que no sabía nada, que, de todos, uno o dos pasos conocía no más.
Él, con su porte elegante, sacó tendida la mano del bolsillo, y haciéndome guiño con el rabillo, me dijo "Vos, dejate llevar".
Y yo, que soy buena pa' eso, no dudé ni un instante más.
Me agarró firme de la cintura y me apretó contra su latido hecho frescura. Me paseó de punta a punta de la pista el baquiano y yo lo seguía a ojos cerrados, segura de no dar paso errado en un terreno cada vez menos amargo por su dulzura de hombre que de tan hombre te sabe tratar.
Y lo que es cuando un varón te sabe llevar!
Porque por un rato que duró dos milongas, dos que valieron por cuatro, hasta yo me creí saber bailar.
Con su aire seductor, me dijo "Viste que al final, conmigo, aprendiste a milonguear". Y yo, cautivada por semejante encanto, me quise llevar su nombre para no olvidar.
"Zacarías"- dijo él orgulloso.
Le agradecí con inclinación de cabeza y me fui con la sonrisa dibujada. Encorvado, viejo y pelado lo vi a mi gavilán octogenario a otro destino rumbear , pero yo me quedé con una sensación en el alma que ni vos, pebete, me sacarías jamás.
5 comentarios:
el momento debe haber sido muy lindo, pero el relato está espectacular
un abrazo
Ey, gracias!
Hermoso! Qué lindo escribís Ushka!
Crisalida: gracias!
Qué lindo cuando te llevan así de bien!
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