sábado, octubre 30, 2010
viernes, octubre 29, 2010
Achtung!
Cumpleaños del hijo menor de mi amiga Sol. Niños de entre 3 y 8 años gritando, madres, sentadas en una mesa, hablando de jardines y colonias de vacaciones. Yo, sentada en la misma mesa, pero cerca de las dos botellas de vino.
Se acerca Agos de 4 a su mamá, lloriqueando.
Se acerca Agos de 4 a su mamá, lloriqueando.
SOL
¿Qué pasa hija?
AGOS
Snif, decile a Mateo que juegue conmigo.
SOL
¿Mateo?
AGOS
Sí, no quiere jugar más conmigo.
Se acerca Mateo, de unos 6 años, a su mamá.
MAMA DE MATEO
¿Qué pasa Matu? ¿No jugás más con Agos?
MATEO
No, me aburrí de jugar con ella.
Yo tomo un sorbo de vino con cierto ademán elegante, como si fuera posible mantener la elegancia tomando vino en vaso descartable.
USHKA
Agos, querida, sabelo: no va a ser la única vez
que un masculino juegue con vos
y te plante cuando se aburra.
AGOS
...
USHKA
Al menos a esta edad son sinceros y te lo dicen.
AGOS
...
SOL
Ush! Basta!
USHKA
¿Qué?
SOL
No le digas esas cosas a la nena!
USHKA
Sólo le transmito algo de mi experiencia.
SOL
No, no, no.
Yo quiero que ella aprenda a jugar con los nenes.
USHKA
(A AGOS) Wow! Ese es un buen consejo.
Deberías hacerle caso a tu madre.
SOL
Agos, andá a jugar con otros chicos.
Sol me mira... furtivamente.
USHKA
¿Me tengo que ir?
SOL
...
USHKA
¿Me puedo quedar hasta que soplen las velitas?
SOL
Ay, Ush...
USHKA
Bueno, ya lo dice el dicho:
Bueno, ya lo dice el dicho:
"Si no puedes ser un bello ejemplo,
sé, al menos, una horrible advertencia."
domingo, octubre 17, 2010
Contre la cruauté première
Mateando con Ana y Vel.
ANA
Che, ¿al final qué onda vos con aquel flaco?
USHKA
¿José?
ANA
No, ese no. El flaco este que te había re-gustado.
USHKA
José.
ANA
¿Se llama igual que el otro?
VEL
Ay, nena, no te das cuenta... son todos José. Por el dicho.
ANA
Aaaah! Uh, qué bajón! ¿Te re gustaba no?
USHKA
Sí, bueno... nada que me sorprenda.
ANA
??
USHKA
El otro día fui a Once a ver catsuits para la muestra de árabe.
Entro a un negocio de ropa interior "sexy" para comprar un catsuit.
ANA
¿Querés cambiar de tema?
USHKA
No, no. Tengo un punto.
ANA
ok.
USHKA
Mientras miraba los catsuits, noto que un señor gordo, entrado en años, pelado
le susurra algo a la señorita exuberante con la que estaba.
Ella saca un papel y una birome de su cartera, escribe algo y se lo da a él.
Él se me acerca, me da el papelito con un teléfono
y como al pasar me dice: "Si te interesa laburar..."
ANA
¿Y cuál es el punto?
USHKA
Que los hombres sólo me quieren para coger.
VEL
Sí, y este ni siquiera para que cojas con él.
USHKA
...
ANA
...
USHKA
Could you be any crueller?
VEL
Y si querés te puedo hacer el verso y decirte cosas lindas...
como José.
Some questions are better left unmade.
viernes, octubre 08, 2010
El despertar de las Erinias
Tarde por la noche, me llama por teléfono, muy consternada, mi amiga MJ.
MJ
Ush, hola. ¿Viste el comentario que te dejaron en tu MSN?
USHKA
¿Dónde?
MJ
Boluda, en tu MSN. ¿No lo mirás vos?
USHKA
Yo mucha bola no le doy a esas cosas.
MJ
Bueno, un tal "Alejo" te dejó un comentario horrible.
Entrá y sacalo, por favor.
USHKA
¿Cómo hago para verlo?
¿Cómo hago para verlo?
Luego de darme las debidas instrucciones, entro a mi perfil de MSN y veo un comentario que dice lo siguiente:
"DE QUE TE LAS DAS, PSICOLOGA PUTITA. DEJA DE BAILAR ESA DANZA QUE BAILÁS PARA EL ORTO. Y OJALÁ NUNCA SEAS MADRE..."
USHKA
Ah, no!
MJ
¿Quién es ese "alejo"? ¿lo conocés?
USHKA
Quién va a ser!
La loca esa con una histeria galopante.
MJ
Qué locura! Borralo. Es horrible.
¿'Tas bien vos? No te vas a tomar en serio lo que dice esa loca.
USHKA
Mirá, ella podrá firmar como "Alejo", pero acá
quien se acaba de despertar es "Alecto".
MJ
¿Por?
USHKA
Mirá, que ojalá nunca sea madre, bueh!, estamos de acuerdo porque viste
mi relación con los niños...
Que bailo para el orto, es bien sabido. Por algo lo hago amateur.
Lo de putita, te digo, hasta me lo puedo tomar cariñosamente,
como si me lo dijeran así tipo "...putita...".
MJ
Ush!
USHKA
Ahora, lo que me jode, y en eso soy intransigente, es que
después de todo el trabajo que hago para ser psicoanalista,
venga una histeriquita salvaje a decirme psicóloga.
No tiene idea con quien se metió.
Talk about life priorities.
viernes, octubre 01, 2010
Que el Rebe temple el rebenque en el Edén.
Petrona, única hija de Don Zoilo Quiroga y Ramona Jaramillo, había tenido una vida llena de los avatares de una niña de campo. Trabajó arduamente desde muy pequeña, esforzándose a la cruda arenga de su padre, quien no tuvo hijos varones: "Vo' m'ijita tené' que zer juerte como un hombre".
Hombre robusto y barbudo que Petrona recordaba siempre a caballo y con el rebenque en mano. Era emblemático. El mismo rebenque con el que azotaba animales era con el que se sentaba a la mesa y pegando un rebencazo, exigía "A'onde está la zena, Petra, carajo!". El mismo al que tantas veces "Petra" -como él la llamaba- le puso la espalda.
Y cuando aquel día el patrón le dijo a Zoilo que quería llevarse a Petra a la Capital, porque necesitaba una doméstica joven, y ella lo miró desafiante a los ojos y se negó, él empuñó el rebenque y le atizó la cara de un golpe. Esa fue la última vez que vio su rebenque. Así es, Zoilo nunca supo qué fue de aquel elemento, aunque sospechó que "La Petra" se lo había llevado.
Durante los más de 20 años que trabajó para los Ortiz, en el cuarto de 1.80 x 2.00 sin ventanas, colgaba de una pared el rebenque de su padre. Y cada noche, antes de dormirse, pensaba si había alguna diferencia entre el rebenque de su padre y el tono permanentemente despectivo de la Familia Ortiz.
Pero fue la mañana de su cumpleaños número 43 -que nadie recordó- que tomó la decisión. Todos esos años pasando por la puerta de la Sinagoga de camino a la verdulería, y escuchando a los religiosos acercarse al Rabino Horowicz a saludarlo con un cordial "Buen día, Rebe", o a preguntarle cosas de la vida.
Y el Rebe escuchó cada uno de sus dolorosos relatos, contando los tiempos de un sufrimiento que la hizo vagar por más de 40 años.
Cuando dejó la casa de los Ortiz para contraer matrimonio con el Rabino, se llevó toda sus cosas excepto aquel objeto, que miró por última vez para descolgarlo y dejarlo en el suelo, caída, ya depuesto.
Y cuando ahora Ruth, nombre de la mujer en que se ha convertido, es azotada por las pesadillas de un pasado ominoso, no tiene más que buscar a su amor en algún rincón de la casa por el que esté leyendo y hacerle la pregunta. Esa pregunta que sólo él puede responder.
-Rebe?
-Mm...que?
-...
Y ella lo mira, sonriendo apaciguada.
Hombre robusto y barbudo que Petrona recordaba siempre a caballo y con el rebenque en mano. Era emblemático. El mismo rebenque con el que azotaba animales era con el que se sentaba a la mesa y pegando un rebencazo, exigía "A'onde está la zena, Petra, carajo!". El mismo al que tantas veces "Petra" -como él la llamaba- le puso la espalda.
Y cuando aquel día el patrón le dijo a Zoilo que quería llevarse a Petra a la Capital, porque necesitaba una doméstica joven, y ella lo miró desafiante a los ojos y se negó, él empuñó el rebenque y le atizó la cara de un golpe. Esa fue la última vez que vio su rebenque. Así es, Zoilo nunca supo qué fue de aquel elemento, aunque sospechó que "La Petra" se lo había llevado.
Durante los más de 20 años que trabajó para los Ortiz, en el cuarto de 1.80 x 2.00 sin ventanas, colgaba de una pared el rebenque de su padre. Y cada noche, antes de dormirse, pensaba si había alguna diferencia entre el rebenque de su padre y el tono permanentemente despectivo de la Familia Ortiz.
Pero fue la mañana de su cumpleaños número 43 -que nadie recordó- que tomó la decisión. Todos esos años pasando por la puerta de la Sinagoga de camino a la verdulería, y escuchando a los religiosos acercarse al Rabino Horowicz a saludarlo con un cordial "Buen día, Rebe", o a preguntarle cosas de la vida.
Y el Rebe escuchó cada uno de sus dolorosos relatos, contando los tiempos de un sufrimiento que la hizo vagar por más de 40 años.
Cuando dejó la casa de los Ortiz para contraer matrimonio con el Rabino, se llevó toda sus cosas excepto aquel objeto, que miró por última vez para descolgarlo y dejarlo en el suelo, caída, ya depuesto.
Y cuando ahora Ruth, nombre de la mujer en que se ha convertido, es azotada por las pesadillas de un pasado ominoso, no tiene más que buscar a su amor en algún rincón de la casa por el que esté leyendo y hacerle la pregunta. Esa pregunta que sólo él puede responder.
-Rebe?
-Mm...que?
-...
Y ella lo mira, sonriendo apaciguada.
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