Cuando llegué a París, estaba esperando mi gran amigo Mik. Me emocioné, porque en verdad está bueno encontrarse una cara amiga cuando uno llega a una vida incierta. cuando finalmente cargo mis valijas en el chango y salgo, lo abrazo. Me abraza.
MIK
Hola! Cómo estas?
USHKA
Uf! No sé... muy muy movilizada.
MIK
(MIRANDOME) NO LO PUEDO CREER!
Yo, emocionada, con el estómago contraído, con los ojos vidriosos y pensando en todo lo que me había llevado hasta ahí,también lo miro.
USHKA
Yo tampoco. No puedo creer que finalmente esté acá.
MIK
Noo, no puedo creer la cantidad de valijas que trajiste.
Supongo que este año viene cargado de malentendidos.