Voy recorriendo los rincones para llevarme las últimas cosas y pienso que hace ya más de 4 años, cuando llegué los poblé de esperanza y alivio. En algún momento quedó perdida.
En los tiempos de penumbra, hubo algunas personas que quedaron perdidas. Pero hubo algunas otras que se quedaron prestándome aquello que había perdido. A ellas, quiero agradecerles (y lo voy a hacer personalmente también) no sólo la valentía de no salir corriendo de la oscuridad sino por haberse quedado buscando conmigo, esa gota de agua, ese pequeño cristal y ser la luz que lo atraviesa para que yo mute en arco iris.
Hoy, por los rincones reencontré algo de eso que había perdido.
Hace un tiempo escuchaba a repetición esta canción y en esta noche de alegría, la quise escuchar. Pero ya no se repite.
Senderos de papel glasé
Rosas y un clavel muertos en mantel
Cientos de insectos rodeándome
Larvas succionando tejidos de mis manos
Quejidos, sollozos, de mis hermanos amados!
Siento que al (mor)irme, muto a un arco iris
Siete colores y dimensiones, canciones para irme.
Si me van a cremar, no hagan un funeral
Rían, tosan, no lloren mares vayan a nadar!
Cómprense unos patines y anden por los jardines
Flores fumen de beber licores de frambuesa
Coman berenjenas, junten ricas fresas
Beban cerveza tirada espumosa y cristal
Babosas claras batan y merengue coman en pasteles
Festejen un día mas, un día menos en la vida.
Siento que al (mor)irme, muto a un arco iris
Siete colores y dimensiones, canciones para irme.